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sábado, 12 de septiembre de 2009

Cara sur del Maigmó

Esta mañana de sábado me desperté temprano, y qué mejor forma de empezar el día que desayunar en algún bar del camino, respirar aire de los pinos, admirar la grandeza de la cara sur del Maigmó y mirar al cielo cobalto con algunas pinceladas de nubes caprichosas. Fondeando las corrientes de las termales, casi siempre sobrevuela un aguila enseñando a volar a algún aguilucho. Estos cortados son propicios para las rapaces que con su rápido vuelo sorpenden en tierra firme, ocultos entre las agulagas a algún conejo despitad o zapillo.