En la jornada romanera del sábado 23 bajo un sol de íntimos y abrazados amigos, que no abrasador, asistieron los tres presidentes de la cultura alicantina independientes y no oficial de Espejo de Alicante, Ateneo y Asociación de Artistas, como podemos ver en las fotos a Consuelo Giner, Maribel Bernal y Juan Antonio Poblador, respectivamente. Lo cual le dio a la fiesta de la pintura en La Romana el respaldo moral y espiritual que la ocasión merecía.
En todo momento, tanto el alcalde Manuel Hernández como su concejala de Cultura Mari Carmen Sepulcre, y todo el Ayuntamiento de la Romana, de aquí en adelante NUESTRO PUEBLO, alzados en retén, no sabían qué hacer para atendernos y hacernos sentir romaneros de cepa y bodega. Mejor sería tomar las palabras de Carlos Bermejo que escribió: "gracias a su elemento clave: “el fiel” constituido por la elegante sencillez de un Alcalde y una Concejala de Cultura, que junto a su equipo, se desviven para agasajar a los artistas y darles un reconocimiento, que ennoblece a quien lo da, a quien lo recibe y al pueblo del que surge".
La gastronomía lucío como una de la artes en este difícil arte de comer bien y tradicional como es la "gachamiga" en leña (plato típco) y que se quite El Bulli de Adriá y sus tontería metafícas y mediáticas, aquí estuvo presente la tradición y el saber popular conservado de padres a hijos.
Y todo ello se cumplió, se realizó -de la entelequia a la realidd-, gracias a Elena de la Romana, coordinadora, relaciones públicas y gobernadora, que se merece una calle o un plaza en su pueblo.
Muchos ayuntamientos alicantinos deberían aprender de La Romana a compaginar cultura, arte con hermandad, sabuduría para quiens de una forma lúdico-cultural, incrementar su patrimonio artístico, pues ésto ya tienen casi para un museo local.
Hasta el año que viene, que iremos como en peregrinación. Saludos.
"Palmeral".
