(Composición de Palmeral). Todo artista-pintor sueña alguna vez que los personajes de sus cuadros salen por LA noche de las telas y hacen su vida cotidiana,cenan y juegan al mus por los pasillos de los museos y, luego, al llegar el las primerizas luces del alba vuelven a su trabajo, es decir, vuelven a sus telas como figurines para que los espectadores los admiren o los odien. Pero lo que no sueña jamás un artista o un pintor es que estos personajes o estos monstruos de garabatos salgan de los cuadros venga a por ti, hacia el artista, en una venganza de descontento. Esto podría ser más o menos lo que está ocurriéndole a la cúpula de Barceló en Ginebra, que las estalactitas, como estacas de matar vampiros se están descolgando, como los carámbanos de hielo se descualgan en actitud asesina de las cornisas del poder, del saber y no saber, o por efectos del cambio climático, que también puede ser, por lo que sería culpa de la humanidad industrial.
Si España lo que quería era ganar prestigio internacional en el arte, con este descuelgue puede convertise en un sonado fracaso y un admereír, porque con que se caiga solo una estaca de resina, nadie va a querer ponerse allí debajo como si fuera un acerico. Sin embargo, esto solo le paga a los genios, al que está todo el día sin hacer nada no le pasan estas ensoñaciones. En fin, que las cosas pueden ser raras, feas o no comprensibles para el común, pero no se pueden caer. Todo es envidia, envidia nada más.
La cupula de Barceló se desmorona LEER EN LIBERTAD DIGITAL