Así es como se llamará en los libros de historia del Arte esta cúpula: "La cúpula de Barceló", reproducción de una cueva semi-acuática como la del Drac en Mallorca, es decir, un techo de estalactitas polícromas y el patio de butacas representando el rio submarino de agua (... y el hombre en barcas), y si es el mar, podríamos encontrarnos en un mar en el centro de la Tierra como en la novela de Julio Vernes, escena paleolítica o gestación de una metáfora del mundo. La decoración de esta cúpula pudo haberla hecho cualquier empresa de decoración y mucho más barata en tiempos de crisis, pero no, no ha sido así, ¿por qué?, sencillamente porque lo importante en una obra de artes es el nombre del autor, su marca, su frima, su fama. Lo importante es que esta obra magna (capilla Sictina del siglo XXI) se identificara con una firma del arte contemporáneo internacional, y la suerte ha sido que sea de un español, porque español fue la idea de donarla.
Luego, ayer 18 de noviembre, llega la parafernalia importantísima de la inauguración, o de la puesta en escena de la obra, levantar el telón, donde acuden SS.MMM. los Reyes de España, el presidente del Gobierno español, el presidente de la ONU, ministro de Asuntos Exteriores y multitud de personalidades de la cultura y de la política. Por ello, debemos tener muy en cuenta, que las inauguraciones no se deben dejar a la ligera.
¿Qué es lo más importante de esta cúpula?, muy sencillo que es obra de Miguel Barceló (1957), el número uno en el arte contemporáno español, como fue en su día Pablo Picasso con el mural la UNECO de París o en el mal llamado "Guernica" de la Exposición Internacional de París en 1937, que costó 150.000 francos. Todo ello nos lleva a la siguiente conclusión que lo importante no es el tema de la obra sino el autor de la obra, esta cúpula dará que hablar en los foros internacionales de arte, y dará prestigio a España, al arte español y al propio Barceló. Porque repito lo importante en arte es la firma, la marca, indistintamente de lo que haga.
Otro asunto, diferente del artístico, es su coste económico, que a mí también me parece excesivamente elevado, y la polémica (toda obra de arte debe nace con polémica) suscitada de que el dinero gastado en la cúpula unos 20 millones de € se podría haber empleado en dar de comer a los pobres, a los niños de África o en construir viviendas sociales, esto es demagogia pura, porque si todos los dineros se emplean en obras sociales, nunca habría dinero para el Arte, para barcos ni aviones de guerra, para palacios, catedrales como La Sagrada Familia ¿para qué nos sirve en estos tiempos La Sagrada Familia, ya que si se celebrara una Misa en un campo de fútbol cabrían más fieles? Por ello hablar de lo práctico y mundano nos llevaría a la filosofía de la simplicidad de la Nada, o el dilema existencial de para qué nacemos y vivimos si lo vamos a pasar mal? Entraríamos en la filosofía de la existencia y nos preguntaríamos para qué sirven las cosas no esenciales o el utilitarismo, el Arte, para qué sierve el arte o para qué construimos catedrales, escultura decorativas o hacemos viajes en cruceros de lujo, cuando podemos quedarnos en casa y ahorrar...Si nos dedicáramos a dar de comer a todos los hambrientos del mundo, nosotros, en Occidente, moralmente no podríamos hacer nada.
Y es que estos días la oposición y sus cachorros televisivos y radiofónicos y casi todos los "Medos", barriendo votos para casa, atacan "La cúpula de Barceló" como un gasto innecesario en tiempos de crisis. Si todo el dinero del mundo se usara para mantener a los pobres, a los desheredados, a lo parados, a los que no tienen nada, el número de estos se multiplicaría por 20. Ya que es condición humana, semejante a la de los simios, o el empírico error del comunismo, de pensar, "si me dan de comer y vivienda gratis, y un paro, para qué voy a trabajar si yo me conformo con casi nada, que me mantenga el Estado". Y quien mantiene al Estado. Y el mundo se convertiría en Cuba, o en aquellos países comunistas que, menos mal, que despertaron pasaron a capitalismo encubierto porque se habían quedado a trás. En pocas palabras, la ambición, la competitividad, el asnia de mejorar, incluso la envidia, son obligatorias para que el hombre bajo su condición genética de simio, prospere; de lo contrario estaríamos aún en esa "cueva primigenia" que dice Zapatero, y que está mal dicho porque primigenio significa primero y origen, lo más comprensible desde el punto de vista antropológico hubiera sido decir "cueva prehistórica" o "cueva altamirana", donde vivían los primeros hombres del paleolítico.
La cúpula de Barceló es la obra de un artista despeinado pero consagrado en su plenitud creadora, tiene ya 52 años y, ya en el 1986 le habían dado en Premio Nacional de Artes Plásticas.(PALMERAL).
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En ARTE LISTA LEO: No han faltado, de todos modos, voces discordantes en relación a este proyecto, y hay que decir que, a la vista de las declaraciones efectuadas, da la sensación de que, una vez más, un logro realizado en nombre de todos ha servido de excusa para enfrentar posiciones políticas. Así, el embajador de España ante la sede europea de Naciones Unidas y vicepresidente de ONUART, Javier Garrigues, se veía obligado el 11 de este mes, tras una información vertida por el Diario ABC, a hacer público el presupuesto (sin desglosar) destinado a financiar el proyecto, que abarca tanto la realización de la obra de Barceló como la remodelación de la sala, procedente en un 60% de entidades privadas (como Repsol, Telefónica, La Caixa o Caja España) y en un 40% de fondos públicos, en torno a los 20 millones de euros en total, cantidad gestionada a través de la Fundación ONUART (cuya creación fue impulsada por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España a raíz del compromiso adquirido para rehabilitar la Sala XX ). Una donación realizada por España a la ONU dentro del marco del acuerdo de contribución al que llegaron los reyes de España con la ONU en 2005, que ha levantado ampollas tanto por su costo (del que el Estado finalmente ha asumido unos 8 millones de euros del importe total) como por el empleo de una partida de 500.000 euros de los Fondos de Ayuda al Desarrollo (FAD), no contabilizados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) como ayuda al desarrollo, sin embargo. Una circunstancia que ha provocado que sea el mismo Barceló quien haya exigido que todas las cifras se hagan públicas para tratar de zanjar la polémica surgida en torno al empleo de dinero destinado a "la boca de los pobres".
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MIQUEL BARCELÓ: Web
