El Gobierno de Pedro Sánchez ha anunciado la conmemoración del 50º aniversario de la muerte de Francisco Franco en 2025, bajo el lema 'España en Libertad'. Esta iniciativa contempla más de cien eventos en todo el país para resaltar la transformación de España en medio siglo de democracia. Pero se niega a reconocer los fusilamientos de Paracuellos, Cárcel Modelo de Madrid, Cementerio de Málaga, los 87 guardia civiles fusilados en Ribadedeva (Asturias en el 37), la checa de la Santa Faz de Alicante y el fusilamiento de José Antonio... y los muchas checas o centro de detención de personas de derechas y falangista asesinados, la quema de conventos y iglesias de mayo1931 por la Republica laica y progresista... El tiro de esto 50 años les ha salido por la culata.
Entre las actividades programadas, se incluyen herramientas pedagógicas destinadas a educar a los jóvenes sobre la dictadura franquista. Los ministros Ángel Víctor Torres y Sira Rego han presentado premios para estudiantes, plataformas web y guías didácticas, como la serie "Hacer Memoria", que aborda la represión franquista, y la plataformas enfocada en la memoria democrática de las mujeres.
Esta campaña ha generado críticas por parte de la oposición. El Partido Popular (PP) aprobó en el Senado una moción contra los actos conmemorativos, argumentando que la democracia española se logró gracias a la Transición y no a la muerte del dictador. Propusieron celebrar fechas clave como la designación de Adolfo Suárez como presidente, la Ley para la Reforma Política, las primeras elecciones democráticas y la aprobación de la Constitución.
Respecto a las "checas" de Madrid durante la Guerra Civil Española, se refiere a centros de detención y represión utilizados por sectores republicanos para perseguir a sospechosos de apoyar al bando sublevado. Según la Causa General, en Madrid y alrededores operaron más de 226 checas durante la guerra civil. Además, el Comité Provincial de Investigación Pública (CPIP) fue un órgano paraestatal de vigilancia y represión que actuó en Madrid durante los primeros meses de la guerra civil española.
La Ley de Amnistía de 1977, aprobada durante la Transición, eximió de responsabilidad penal a quienes cometieron delitos de carácter político durante la Guerra Civil y la dictadura, lo que ha generado debates sobre la memoria histórica y la justicia para las víctimas de ambos bandos.
La conmemoración del 50º aniversario de la muerte de Franco en 2025 por parte del Gobierno de Pedro Sánchez ha suscitado debates sobre la memoria histórica y la interpretación del pasado. Mientras el Ejecutivo busca resaltar los logros democráticos, sectores de la oposición y parte de la sociedad perciben estas iniciativas como una forma de reabrir heridas del pasado.
.............................................Hoy en La Razón..................
El olvido de las placas de las checas vs. el cerco a Ayuso por Sol
El Comisionado de Carmena marcó el Círculo de Bellas Artes por su pasado represor por parte de la República, pero nunca llegó a señalizarse

La cruzada del Gobierno de Pedro Sánchez por convertir en Lugar de Memoria Democrática la Real Casa de Correos de Sol, sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, no cesa, hasta el punto de haber llegado al Tribunal Constitucional, que ha admitido un recurso del Ejecutivo regional.
El motivo que esgrime Moncloa es que el emblemático edificio del centro de Madrid albergó la Dirección General de Seguridad (DGS) durante el régimen de Franco, y pretende con ello recordar que sus calabozos y dependencias vivieron detenciones y malos tratos en ese periodo.
Nunca se llevó a la práctica
Sin embargo, cuando la izquierda planeó señalizar, también en Madrid, la ubicación de las temibles checas –centros de detención de los sospechosos de colaborar con los sublevados contra la República durante la Guerra Civil–, la idea nunca se llevó a la práctica, y no hubo consecuencia alguna, pero además solo se marcó un enclave de los más de 350 que sufrieron las víctimas del llamado bando «nacional»: la checa de Fomento-Bellas Artes.
Todo surgió durante el mandato de Manuela Carmena en el Ayuntamiento de Madrid. El Comisionado de Memoria Histórica que presidía la socialista Paca Sauquillo –actual presidenta del PSOE madrileño– envió una propuesta al pleno municipal para que, en lugares donde hubo cárceles y checas, se instalaran placas distintivas explicando su existencia y las circunstancias de lo ocurrido.
"Lugares de memoria"
El catálogo de los 15 «lugares de memoria» era el siguiente: Cárcel de Carabanchel-Cárcel de Ventas-Cárcel de Torrijos-Cárcel de Porlier-Cárcel Modelo-Cárcel de Yeserías-Checa de Bellas Artes-Fomento-Cementerio del Este-Cementerio de Fuencarral-Arco de la Victoria-Edificio de la Presidencia de la Comunidad en la Puerta del Sol-La Colina de los Chopos-Colegiata de San Isidro-Búnker del Capricho y Congreso de los Diputados (por los 151 parlamentarios asesinados, casi a partes iguales entre los dos bandos, más los 34 eliminados durante la dictadura).

Además, el organismo encargado de hacer cumplir la Ley de Memoria Histórica en Madrid propuso que el Arco de la Victoria del distrito de Moncloa-Aravaca pasase a denominarse Arco de la Memoria. Y la iniciativa incluía la opción de habilitar alguno de los calabozos de la Real Casa de Correos para hacerlos visitables.
El comisionado sugería que el consistorio negociara con la presidenta Cristina Cifuentes la posibilidad de colocar una placa explicando la simbología del edificio «con propósito pedagógico».
En cuanto al Círculo de Bellas Artes, al considerar que el emblemático edificio cercano a la plaza de Cibeles solo funcionó como checa durante 15 días en agosto de 1936 y no hubo asesinatos, el comisionado municipal decidió que la placa se colocaría en la calle de Fomento, 9, y no en Alcalá 42, donde se ubica el Círculo.
El presidente del Círculo se opone
Juan Miguel Hernández León, presidente de la institución, estuvo de acuerdo con que no hubiera allí placa alguna porque «no fue una checa en el sentido siniestro que se le puede dar a la palabra», y añadió por carta que debía cambiarse el nombre de «checa de Bellas Artes-Fomento».
Aseguraba que «nuestra indignación es que se tome esa especie de leyenda sobre la hipotética checa en Bellas Artes durante esos años». El presidente del centro defendía que el Comité Provincial de Seguridad solo se instaló allí durante tres semanas y que lo que realmente identifica al inmueble es el rol cultural que jugó durante la Guerra Civil.
La expresión literal que, al parecer llegó a emplear Hernández para su negativa, fue: «Por encima de mi cadáver».
"Patética, ridícula y falaz"
Andrés Trapiello, miembro de aquel comisionado, para quien «fijar el edificio de Sol solo a una de sus etapas sería un disparate», se refiere a la misiva de Hernández de León como «patética, ridícula y falaz».
Aunque la tentativa que ahora tiene en la diana a Ayuso es por un edificio público como la Real Casa de Correos, y el Círculo es una entidad privada, los hechos acaecidos en la calle Alcalá prueban su uso, como el de tantos otros enclaves de carácter gubernamental, para llevar a cabo torturas y asesinatos.
Es harto elocuente un episodio referente a las checas que conoce bien Pedro Corral, diputado del PP en la Asamblea de Madrid y ensayista habitual sobre la Guerra Civil.
«Uno de los lugares más llamativos es el Palacio Real», asegura, donde «Patrimonio Nacional debería correr ahora a poner una placa diciendo que allí, los Linces de la República, que trabajan a las órdenes del Gobierno, tenían a unos 800 detenidos, de los cuales asesinaron a un buen número de ellos, incluidas familias enteras».
Eliminar a militares desafectos
El rebautizado entonces como Palacio Nacional fue efectivamente la checa de Los Linces de la República –una facción de los guardias de Asalto–, en la que se estaba «trabajando en la eliminación de militares desafectos y, ojo, sus familias», apunta Corral.
Son ellos los que acaban con la vida, tras violarla, de la novia –Luz Álvarez Villanueva– de un oficial que ha huido del Cuartel de la Montaña; los que matan a ese capitán –Néstor Renedo–, a un hermano y sus dos hermanas –una de ellas, una niña sordomuda de 15 años–, junto a la madre, según testimonios de miembros de la propia checa sobre la familia Renedo López, que recoge el propio Pedro Corral en «Vecinos de sangre» (editorial Esfera de los Libros).

«¿Cómo no va a haber una placa dedicada a estos personajes en el Palacio Real?», se pregunta Corral sarcástico, quien recuerda que, en ese momento, Largo Caballero ya es presidente del Gobierno. «Imagina lo que sería una placa que recuerde lo que pasó ahí con un Gobierno socialista», recalca.
Pero «hay muchos otros edificios marcados, como el Palacio de Buenavista (cuartel general del Ejército), el cuartel general de la Armada..., si quieren jugar a esto, pues vamos, pero yo me opongo a la idea de que llenemos Madrid de placas recordando las checas; los edificios que usaron los franquistas; las viviendas de donde salieron hacia Paracuellos o cualquier otro episodio, porque tendríamos la ciudad plagada de una historia siniestra, negra, que es mejor dejar en los libros, con las grandes cosas que han pasado en Madrid».
"Cuatro meses terroríficos"
Quiere dejar claro Corral que «ni se niega que hubo torturas en Sol ni se puede negar que también allí se coordinó la actividad de las checas, a través de la checa de Fomento, creada por Gobernación». «Una etapa duró cuarenta años, sí, pero el Madrid revolucionario vivió cuatro meses terroríficos, con miles y miles de asesinatos, gente secuestrada y torturada. Un resultado atroz, insuperable, que no ha ocurrido en esta ciudad nunca».
Su explicación es que «el PSOE se ha propuesto borrar su responsabilidad en las páginas más siniestras de la Segunda República y de la Guerra Civil. ¿Cómo? Utilizando el “Francomodín”. Pero le hemos descubierto, y la jugada le está saliendo mal».
En el Círculo de Bellas Artes: "Cuatro tiros a quien hiciera falta"
La checa de Fomento, que coordinaba la actividad del resto, fue creada y gestionada por el Ministerio de Gobernación, aunque con distinta sede. Es el caso de las Milicias de Vigilancia de Retaguardia, que participaron en las sacas y matanzas de Paracuellos y disponían de unos 70 puestos por todo Madrid. Además existía la Oficina de Control de Nóminas, que igualmente se creó y gestionó desde Sol por Gobernación, pero que tuvo otra sede, desde la que los chequistas iban a buscar sus objetivos.
Existe un relato significativo sobre la forma de actuar en la checa de Fomento-Bellas Artes, según testimonios de representantes de partidos políticos y sindicatos, que parte de una primera reunión en el Círculo, el 4 o el 5 de agosto de 1936, según las distintas versiones, con el director general de Seguridad, Manuel Muñoz Martínez. En esa cita, Manuel Rascón, representante de la CNT, le preguntó si disponían de autoridad para «pegar cuatro tiros» a «quien hiciese falta», a lo que Muñoz Martínez respondió con una sonrisa delatora. El socialista Agustín Aliaga recordó que, al ser cuestionado sobre si podían dictar «sentencias de muerte», se le dijo que debía «obrar con arreglo a su propia responsabilidad». Julio Diamante, de Izquierda Republicana, confirmó las instrucciones recibidas: «Se le dan cuatro tiros» al «francamente fascista y peligroso», a lo que Muñoz Martínez añadió: «Como director general de Seguridad, no puedo oír ciertas cosas».
Es elocuente el nivel de impunidad que transmite el director general de Seguridad en el Círculo de Bellas Artes, cuya actividad en unos meses se traslada a la calle Fomento número 9. Mientras, en una cuerda constante de detenidos, funcionan burocráticamente en Alcalá 42 tres tribunales en turnos de mañana, tarde y noche en los que se decide la vida o la muerte.
El preso a veces terminaba en un descampado, porque era entregado de nuevo a las milicias; a otros directamente se les condenaba, y había quienes eran enviados a la Dirección General de Seguridad, que los solía derivar a la Cárcel Modelo. No había defensa, juicio ni nada similar, solo una farsa con el desenlace más temido la mayoría de las veces. No en vano, la checa de Fomento-Bellas Artes tiene a sus espaldas entre 2.000 y 3.000 asesinatos. «La checa», recordemos, de Gobernación, «o sea, la oficial, la del Gobierno», concluye Pedro Corral, autor también del imprescindible «Si me quieres escribir» (Esfera).
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Libro recomendado: Violencia roja antes de la Guerra Civil.