(Composición digital de IA,02-03-205)
Trump y Putin contra EUROPA
La historia del mundo es, en gran medida, la historia de la economía. Detrás de cada gran acontecimiento político, social y militar, subyacen intereses económicos que moldean el destino de las naciones. En la actualidad, los intereses geoestratégicos de Donald Trump y Vladimir Putin se alinean en un punto clave: la lucha por la hegemonía global y el debilitamiento de Europa como competidor económico y estratégico. En el centro de esta disputa se encuentra Ucrania, un país convertido en una peonza, en una pieza clave y en escenario de una confrontación entre dos potencias.
Trump y Putin son dos antieuropeístas declarados antes y ahora.
En inglés
Trump and Putin against EUROPE
The history of the world is, to a large extent, the history of economics. Behind every great political, social and military event, there lie economic interests that shape the destiny of nations. Currently, the geostrategic interests of Donald Trump and Vladimir Putin are aligned on a key point: the fight for global hegemony and the weakening of Europe as an economic and strategic competitor. At the center of this dispute is Ukraine, a country that has become a spinning top, a key player and the scene of a confrontation between two powers.
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El 25 de febrero, en Riad, Estados Unidos y Rusia se reunirán a puerta cerrada para discutir el futuro de Ucrania. Esta reunión excluye deliberadamente a Europa, lo que demuestra que el verdadero objetivo de ambos países es marginar, aislar al viejo continente y asegurarse de que Ucrania no forme parte ni de la OTAN ni de la Unión Europea. Las ideas de Trump y Putin son las
destruir Europa, por eso envía a Musk a Europa para unirse a la
ultraderecha europea que no quieren una Unión Europea. España sin Europa no es nada en el Mundo. Dice: "Europa nace esta para jodernos". Con el Brexit, Trump apoyó con júbilo esta errónea decisión de Jhonson en Gran Bretaña.
Donald Trump, con su visión proteccionista, ve a Europa como un rival comercial al que le gustaría someter económicamente. Por su parte, Putin teme el fortalecimiento de un bloque europeo cohesionado y con influencia en el este de Europa, prefiriendo una Ucrania neutral o bajo su órbita de influencia soviética como en tiempo de los países satélites del Cinturón de Acero. Esta situación demuestra cómo las macro economías dictan las decisiones políticas y militares e incluso informáticas, dejando de lado las verdaderas necesidades y aspiraciones del ciudadano común.
Ante este panorama, Europa debe responder con determinación. Es imperativo construir un bloque fuerte y unido, capaz de hacer frente a las amenazas externas. Para ello, es fundamental invertir en defensa y reducir la dependencia militar y energética de Estados Unidos y Rusia. La seguridad europea no puede estar sujeta a los caprichos de líderes de potencias extranjeras que persiguen sus propios intereses. Europa debe convertirse en un eslabón de acero, resistente a las presiones externas y capaz de garantizar su propia soberanía y estabilidad. Nuestro vecino continental África es nuestra gran posibilidad de futuro comercial y social, nos queda con grandes recursos naturales. El túnel del Estrecho de Gibraltar es una oportunidad de comercio. He incluso me acercaría más a China.
La historia nos ha enseñado que la fortaleza económica y militar son clave para la supervivencia de cualquier entidad política como lo fueron los imperios de España, Portugal, Francia, Inglaterra, Alemania... Si Europa no toma medidas urgentes para consolidarse como una potencia autónoma, seguirá siendo un simple peón en el tablero de juego de Washington y Moscú. Ha llegado el momento de romper la dependencia y apostar por una Europa fuerte, unida y preparada para afrontar los desafíos del siglo XXI.
Las ideas de Trump y Putin son las destruir Europa (son antieuropeístas), por eso envía a Musk a Europa para unise a la ultraderecha europea que no quieren una Unión Europea. Lo que quiere Trump es que Zelensky firme un acuerdo de rendición con Putin y le dé los territorios invadidos desde 2014 por los que han muerto un millón de personas de uno y otro bando.
Necesidades de Europa en tiempos de crisis
Europa necesita su propio Ejército, independiente de la OTAN, con material militar propio (tenemos una dependencia militar de EE.UU., exagerada, no concebible) no podemos depender del capricho de quien entra en la Casa Blanca como presidente. Hemos de ayudar a Ucrania e integrarla en la Unión Europea y a Turquía, cuanto antes. Hemos de ser gran grandes, mas grandes y más fuertes para que no nos pisen ("Si quieres la paz prepárate para la guerra" dijo Vegecio en el siglo IV). Gran Bretaña debe abandonar su nefasto Brexit y volver al MCE. El BCE ha de invertir en Defensa ¡ya! y en desarrollo y vías de comunicación terrestres, marítimas y aéreas.
Ramón Palmeral, lo ve así
Alicante España
Adenda
Trump es la hiena de Europa y Putin la comadreja
......................Antecedentes..................
Regresamos atrás en el tiempo, al grafito de Dominykas Ceckauskas de Putin y Trump de un beso en la boca al estilo ruso, inspirado en una foto icónica de fines de los 70, el beso entre los líderes comunistas Leonid Brezhnev y Erich Honecker, que signaron de esa manera la paz entre Alemania del Este y Rusia. Esa imagen fue luego convertida en un graffiti que durante años empapeló una parte del muro de Berlín.
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Polémico graffiti de un beso entre Donald Trump y Vladimir Putin ilustra el temor de los lituanos
La imagen gigante de los dos políticos emulando la famosa foto entre el soviético Léonid Brejnev y Erich Honecker, de Alemania Oriental, se viralizó rápidamente en el país europeo
Un graffiti callejero que muestra a Donald Trump y Vladimir Putin besándose en la boca se hizo viral este viernes en Lituania, donde crecen los temores sobre este posible acercamiento.
La imagen está inspirada en la famosa foto de 1979 en la que el entonces líder soviético Léonid Brejnev besaba al líder de la comunista Alemania del Este, Erich Honecker.
Además, ilustra la inquietud de los lituanos ante la simpatía manifestada por el virtual candidato republicano a la Casa Blanca hacia el presidente ruso.
"Tenemos
la sensación de tener una nueva guerra fría y Estados Unidos podría
tener un presidente que busca hacerse amigo de Rusia"
"Tenemos la sensación de tener una nueva guerra fría y Estados Unidos podría tener un presidente que busca hacerse amigo de Rusia", dijo a AFP el propietario del restaurante de comida rápida cuyo muro acoge el grafiti, Dominykas Ceckauskas.
"Vemos parecidos entre los dos protagonistas. Ambos tienen un ego desmesurado y es gracioso ver lo bien que se entienden", añadió.
Las relaciones entre Washington y Moscú hace años que son tensas, pero Trump ha defendido a Putin, a quien considera un "líder poderoso", y éste lo ha descrito como "talentoso sin ninguna duda".
Los lituanos, como sus vecinos del Báltico letones y estonios, están preocupados por los comentarios críticos de Trump hacia la OTAN, que ellos consideran un muro de protección crucial para su seguridad.
"Trump ha dicho que la OTAN está obsoleta y es costosa", reveló Kestutis Girnius, profesor en el Instituto de Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas en Vilna.
"El graffiti refleja el miedo que tienen ciertos lituanos de que Trump le haga reverencias a Putin y desatienda sus problemas de seguridad", explicó.
............................................ONU...............................
Hay que respetar la Carta de las Naciones Unidad.
Artículo 1
Los propósitos de las Naciones Unidas son:
- Mantener la paz y la seguridad internacionales, y con tal fin: tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz, y para suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz; y lograr por medios pacíficos, y de conformidad con los principios de la justicia y del derecho internacional, el ajuste o arreglo de controversias o situaciones internacionales susceptibles de conducir a quebrantamientos de la paz;
- Fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, y tomar otros medidas adecuadas para fortalecer la paz universal;
- Realizar la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión; y
- Servir de centro que armonice los esfuerzos de las naciones por alcanzar estos propósitos comunes.
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UN GIRO INESPERADO DE TRUMP
Lo más preocupante de todo esto es que el giro aislacionista del presidente Trump se venía gestando desde hace años. Además, muchos congresistas y senadores republicanos, que al inicio de la agresión rusa contra Ucrania eran firmemente pro-ucranianos y críticos con Rusia, han ido adoptando progresivamente las posiciones defendidas por Trump y su entorno. En el mundo “trumpiano”, el aislacionismo, la frialdad hacia Europa, el rechazo a Ucrania y las simpatías pro-rusas o “putinistas” (distintas entre sí, con orígenes y motivaciones diversas) responden a intereses políticos, personales o ideológicos muy variados.
Sería extenso analizar todas estas motivaciones, pero basta señalar que van desde un “americanismo” primario pero sincero hasta la postura de ciertos sectores evangélicos ultraconservadores que ven en Putin y Trump a los nuevos guardianes de la cristiandad. Más grave aún es la eficaz penetración de la propaganda, la manipulación, la desinformación y la corrupción pro-rusa. Los agentes de influencia rusos en Europa y Estados Unidos no descansan; algunos incluso han perdido el pudor y afirman sin tapujos que, si Rusia logra un alto el fuego que consolide sus conquistas ilegales y anexiones, no iniciará nuevas agresiones porque “no necesita más territorio ni recursos” (sic). Curiosamente, es ese mismo temor el que llevó a Finlandia y Suecia, tras décadas de neutralidad, a unirse a la OTAN. Suecia ha renunciado a su tradicional “neutralismo”, una parte esencial de su identidad nacional hasta ahora.
Como siempre, Europa reacciona tarde. Durante décadas hemos vivido en una burbuja de prosperidad, ignorando que la “arcadia feliz” nunca fue real. Nuestros problemas económicos y sociales se han agravado, y nuestra clase política ha sido incapaz de afrontarlos con eficacia. Hemos decidido ignorar los desafíos estratégicos y de seguridad, y ahora pagamos las consecuencias. En un reciente debate en la televisión de Azerbaiyán, tuve ocasión de debatir con un diplomático ruso que repetía insistentemente las condiciones que Putin impuso para no invadir Ucrania hace tres años: primero, la llamada “normalización”, es decir, el regreso al poder de políticos prorrusos como Yanukóvich. Segundo, la “desnazificación” del país, un disparate que ni merece comentario. Y tercero, la desmilitarización de Ucrania y su “finlandización”, término acuñado en la Alemania occidental de los años 60 para describir la estrategia soviética de imponer la neutralidad a Finlandia.
El retorno a los argumentos maximalistas rusos ha sido alentado, sin duda, por el nuevo rumbo de la política exterior estadounidense y los últimos discursos de la administración Trump 2.0. Mientras las voces más sensatas del gobierno afirman que nada ha cambiado y que Europa sigue siendo el gran aliado de EE.UU., la realidad demuestra lo contrario.
Las consecuencias no pueden ser más inquietantes. Algunas de ellas merecerían ser desarrolladas en otro artículo, pero destaco las siguientes:
Grave debilitamiento de la OTAN. El trumpismo no comprende que la fuerza disuasoria de la OTAN radica en la defensa colectiva. La potencia de la alianza no es la suma aritmética de sus partes, sino la sinergia entre ellas. El artículo 5, que garantiza la defensa mutua, podría estar gravemente comprometido.
Erosión de la relación trasatlántica. La desconfianza y la divergencia de intereses entre EE.UU. y Europa alcanzan niveles insospechados. Esta brecha podría tardar al menos una generación en cerrarse.
Una paz injusta que favorezca al agresor. Si se permite que Rusia consolide sus anexiones, se destruirá el principio de legalidad internacional y la inviolabilidad de las fronteras. Esto enviaría un mensaje nefasto a regímenes agresivos y expansionistas, mostrándoles que la intimidación tiene recompensa. Si China decide invadir Taiwán, ¿se limitará EE.UU. a una “fructífera conversación” con Xi Jinping? Trump 2.0 considera a China su mayor rival, pero Pekín está analizando cuidadosamente la respuesta occidental en Ucrania.
Fortalecimiento de regímenes autoritarios. Gobiernos como los de Venezuela, Nicaragua, Cuba e Irán podrían sentirse alentados a intensificar su desestabilización regional y a reactivar conflictos por medio de grupos proxy como Hamás, Hezbolá, los hutíes o las milicias chiíes en Irak, Siria y Asia Central. Esto podría desencadenar una nueva crisis regional o global de proporciones catastróficas.
Auge del terrorismo internacional. Cuando Occidente se debilita o se divide, los actores más peligrosos del mundo ganan confianza. El terrorismo yihadista, o cualquier otra ideología extremista, aprovechará esta fractura para lanzar ataques cada vez más letales. Las decisiones tomadas en el Despacho Oval tienen consecuencias que trascienden los círculos de poder.
El aislacionismo estadounidense y la falta de respuesta europea están configurando un mundo más inestable y peligroso. La historia ha demostrado repetidamente que ignorar las amenazas no las hace desaparecer; al contrario, las fortalece.