Feijóo va a caer en esta inocentada porque España lleva 48 año en libertad desde la Constitución de 1978, lo que pasa es que Sánchez no se ha enterado porque tiene a España bajo el yugo de su dictadura social-comunista por no convocar elecciones generales y darle la voz al pueblo. O someterse a una moción de confianza. Su programa consiste en desviar la atención del punto de mira de los Tribunales. ¿Hasta cuándo?
La "francofobia" de Sánchez no tiene suficiente rédito político para satisfacer a los independentista. Nunca País Vasco y Cataluña estuvieron mejor que con El Caudillo, recibiendo la inmigración del resto de España, sobre todo de Andalucía y de Extremadura. Y esto no es apología del franquismo sino decir la verdad.
Los independentistas quiere buscar pureza de sangre: catalana o vasca, y no lo van a encontrar, porque no lo existe.
La agenda política y judicial del año 2025 que ahora comienza seguirá mirando de reojo a los tribunales. Tras una frenética recta final de 2024 –con el inédito registro policial del despacho del fiscal general del Estado, la explosiva declaración ante el juez del empresario Víctor de Aldama, la tercera visita a los juzgados de Begoña Gómez o la comparecencia en el Tribunal Supremo del exministro José Luis Ábalos–, el calendario judicial de 2025 continuará siendo un quebradero de cabeza para el Gobierno de Pedro Sánchez. El jefe del Ejecutivo –que ha redoblado sus ataques a los jueces, a quienes ve en connivencia con el PP para atacar al Gobierno– inaugura el año como despidió el anterior: con su esposa y su hermano imputados, con el fiscal general del Estado a un paso de declarar por la filtración de datos reservados del novio de Isabel Díaz Ayuso y amenazado por la evolución del «caso Koldo», después de que Aldama involucrase a ministros y altos cargos socialistas en la supuesta trama de reparto de comisiones a cambio de adjudicaciones públicas.