¡Oh, las maravillas del progreso socialista-comunista de Pedro Sánchez en España! Nos encontramos en una era en la que la esclavitud ha sido abolida, al menos oficialmente, pero donde su espíritu parece haber encontrado un cómodo refugio en los empresarios, bancos, industria y despachos gubernamentales (donde habita una supuesta corrupción de la que hablan los telediarios). Bajo el amparo del gobierno socialista de Pedro Sánchez actual, que favorece a lo más ricos; el ciudadano ya no es encadenado físicamente a la esclavitud del látigo, pero es liberto con condiciones precarias de supervivencia en las ciudades (chabolismo y debajo de un puentes) ¿quién necesita grilletes cuando tienes alquileres exorbitantes, un salario mínimo que apenas alcanza para sobrevivir, y la sombra constante del supermercado low-cost? A final, como en Cuba viviendo de la prostitución
El Salario Mínimo Interprofesional en España, esos gloriosos 1.134 euros mensuales en 14 pagas, se presenta como un salvavidas lanzado a un océano de facturas, alquileres y alimentos que parecen competir en una carrera por ver cuál arruina primero al trabajador (birlándote las horas extraordinarias). Pero claro, ¿qué son los 800 euros mensuales por un alquiler si puedes compartir piso con tres familias? ¡La convivencia es el nuevo espíritu socialista! No estamos hacinados, ¡estamos construyendo comunidad! Como en los barracones de las plantaciones de algodón, pero con Wassapp, porque el progreso tecnológico también llega a los modernos esclavos. Los sagrados domingos tienen que trabajar los repartidores, y que sean jóvenes y obedientes, muchos sudamericanos o de lo que han llegado en patea a Canarias y pasan a la península, son los idóneos para explotar Yolanda, y que no protesten.
Y qué decir de la alimentación: mientras los antiguos esclavos dependían de las migajas que les ofrecía los amos u vainas de guisantes, hoy podemos disfrutar de un banquete en Caritas o en los comedores sociales, donde el menú es fijo, pero la humillación es de libre elección. Por supuesto, los supermercados de descuento también son una opción, siempre y cuando puedas permitirte la gasolina para llegar a ellos a los extrarradios. El Metro imposible, el combustible por las nubes en toda Europa. Los impuesto tienen subir porque en Europa y la OTAN estamos en guerra con Rusia, al del Zar Putin, que fabricar armas con en la II Guerra Mundial
¿Esto es socialismo? ¡Claro que sí! Viva Lenin, aunque se nos olvide que ni siquiera él se imaginaba que su revolución terminaría siendo el modelo para un capitalismo disfrazado de igualdad. Al fin y al cabo, nada dice más "igualdad" que repartir miseria con una sonrisa y llamarlo justicia social. El vellocino de oro por conquistar son aprobar unas oposiciones al Estado y hacerte funcionario, policía, bedel, maestro o bombero...
Luego dicen que soy un revolucionario y un cabroncete por decir lo que veo en la España del sexto años de Pedro Sánchez 2018-2024. Según los sociatas, todo lo que digo son bulos desestabilizadores.
Ramón Palmeral
