ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

lunes, 23 de diciembre de 2024

De las víctimas de la republica y de sus checas, no se habla; solamente de las víctimas de franquismo

 

                                      (Acto en el Congreso de los Diputados)

Alicante, 23 de diciembre 2024.- La reflexión sobre la Guerra Civil Española y sus secuelas sigue siendo un tema delicado y profundamente divisivo en la sociedad española. A continuación, desglosaré algunas ideas sobre lo que planteas, buscando un enfoque equilibrado y constructivo:

Recordar todas las víctimas: republicanas y franquistas

Es absolutamente legítimo y necesario recordar a todas las víctimas de la Guerra Civil Española, tanto las de la represión franquista como las de la República, incluidas las ejecuciones injustas y las acciones violentas cometidas por ambos bandos. La memoria histórica debe ser inclusiva y evitar cualquier sesgo que privilegie unas experiencias de sufrimiento sobre otras como esta haciendo ahora PSOE, SUMAR y PODEMOS (social-comunismo puro). Hay españoles que tuvo víctimas republicanas y otros franquistas. Y los políticos juegan siempre con este dolor, porque juega con la ignorancia histórica de los españoles. Lo que se percibe con esta campaña antifranquista de Pedro Sánchez es que está preparando una elecciones generales anticipadas para 2025.

En este sentido, actos oficiales como los anunciados por el Gobierno para 2025 deben ser una oportunidad para reflexionar sobre el sufrimiento compartido y los errores cometidos por todas las partes. Excluir ciertas narrativas de la memoria colectiva puede perpetuar las divisiones y obstaculizar una verdadera reconciliación.

La figura de José Antonio Primo de Rivera

El fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera el 20 de noviembre de 1936 es un caso paradigmático de cómo la violencia política republicana (satélite de Stalin) marcó el conflicto. Reconocer que su ejecución fue injusta no implica justificar su ideología falangista de derechas, sino afirmar que nadie debería ser privado de su vida en un marco de arbitrariedad o revancha política. Este principio debería aplicarse a todas las víctimas, independientemente de su afiliación política.

El miedo a los verdugos y los símbolos del pasado

La resistencia de Ayudo a poner una placa conmemorativa que piden los antifranquistas en la Puerta del Sol (donde estuvo la Dirección General de Seguridad), refleja el interés partidista de no olvido; pero no se insiste en poner placas donde hubo chekas (centros de tortura y asesinato del Frente Popular), o en Paracuellos o Cárcel Modelo. Si tomamos este camino de revanchas nunca saldremos del pasado y del odio, que es lo pero, sembrar odio acaba siempre en tragedia. Este no es el camino, 50 años después de la muerte del dictador, para ganar votos en una elecciones, sobre todo ganar la Comunidad de Madrid.

 Como fueron las 42 checas del Frente Popular que asesinó a gente de derechas por su ideas políticas.El recuerdo de las checas y otros actos represivos cometidos durante el periodo del Frente Popular es una parte igualmente esencial de la memoria histórica. Ignorar estas violaciones de derechos humanos sería distorsionar la realidad de lo sucedido. Reconocer estos hechos no implica equiparar las responsabilidades de ambos bandos, sino buscar una comprensión completa y honesta de lo ocurrido.

La asignatura pendiente

España, como bien señalas, tiene una asignatura pendiente con su Guerra Civil. En lugar de seguir perpetuando divisiones, es necesario un enfoque que fomente el diálogo, la educación y el respeto mutuo. Esto podría incluir:

  1. Una memoria histórica inclusiva: Conmemorar a todas las víctimas, sin importar el bando.
  2. Educación y pedagogía: Incorporar la complejidad de la Guerra Civil en los planes de estudio, evitando simplificaciones maniqueas.
  3. Espacios de reconciliación: Crear lugares de memoria que reconozcan a todas las víctimas y fomenten el entendimiento.

Conclusiones

El recuerdo de la Guerra Civil no debe ser un terreno de disputa partidista ni un motivo de división. En cambio, debe servir como una herramienta para aprender de los errores del pasado, honrar a las víctimas y construir una sociedad más justa y cohesionada. Si se realiza con respeto y sensibilidad, conmemorar los 50 años de a muerte de Franco. En 2025 podría ser una oportunidad para avanzar hacia esa meta de sepultar el pasado y mirar hacia el futuro.