Texto de la página 4
Uno, a veces, despierta de una pesadilla y no llega a vislumbrar cuál de las dos regiones existenciales pertenece al sueño y cuál a la vigilia. Y eso me ocurría a mí cuando volví de mi viaje al mundo de la anestesia. El caso es que abrí los ojos y me vi en una cama de hospital animado por una amable enfermera a regresar al mundo de los vivos, tras una molesta operación de cadera, y en medio de un ambiente opresivo de epidemia reciente y mascarillas.
Minutos, o siglos, antes, yo me encontraba en un bosque encantado, sentado sobre una seta roja, frente a un extraño genio, vestido de verde.
— Bueno -le decía al gnomo de mirada picara-, la epidemia no solo ha matado a mucha gente, también ha acabado con muchas ilusiones. Yo, por ejemplo, me he quedado sin mi tertulia literaria.
Y el enano verde sonreía.
— Hay otras tertulias -me dijo-, por ejemplo, la del Auca.
Y remató: — Es la mejor.
Y en eso desperté, y el amable ser que tenía delante no era un gnomo verde sino una simpática enfermera.
Después vendrían los días de postoperatorio, de lectura de periódicos, libros y revistas, e ilusionada esperanza de volver a caminar.
Un amigo me trajo su colección de revistas de Auca para que me distrajese, las devoré con ansia.
Más tarde me enteré de que en ella colaboraban eminentes escritores y pintores de esta tierra. Y que allí se había entrevistado a gente creativa y maravillosa.
Un lujo leer en sus páginas, extraordinariamente compuestas por Manolo Condevolney, a gente de la categoría de José Luis Ferris, Remigio Soler, Joaquín J. Penalva, Manuel Valero, Vicente Ramos, y textos de los primeros aucanos, hace ahora 20 años: Francisco Alonso, Manuel Parra, Lucía Espin, Rafaela Lillo, María José Arques, Ma Luisa Hurtado, Amparo Benito, Trinitario Rodríguez, Mercedes Rodríguez o Adolfo Celdrán; pude admirar las pinturas, dibujos y obras de arte de Rafael Llorens Ferri, Josep Azorín, Enfero Carulo, Manuel Mas Calabuig, Carmen Jorques, Remigio Soler, Pepe Gimeno, Amérigo Asín, Esperanza Asensi, Francisco Calvo Añó, Ornar Arráez, Segundo García, Adriano Carrillo y otros muchos.
También he disfrutado de números monográficos como el IV Centenario del Quijote, o Miguel Hernández, Gabriel Miró, Manuel Molina, Carlos Sahagún, Vicente Mojica, Ernesto Contreras o Francisca Aguirre, también excelentes ilustraciones, entrevistas y demás tesoros completaban la revista en la que me propuse participar en cuanto me repusiera de mis dolencias.
Hoy, algunos de sus fundadores nos han dejado para siempre y se han marchado al Olimpo de los Creadores, como los grandes poetas y amigos, Francisco Alonso y Manuel Parra, pero nos han dejado su obra y su ejemplo de creadores inmortalizados en las páginas de Auca.
Y ahora, una nueva generación de escritores y artistas alicantinos están tomando posesión de la revista, que sigue siendo la enseña cultural de la ciudad de Alicante, La millor térra del Mon.
¡Qué suerte tenemos!
¿Verdad?
Miguel Ángel Pérez Oca
Revista AUCA nº 60 de diciembre de 2024
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Amigo mío de han dejado atrás muchos nombres, pero lo imperdonable es que te has dejado a los presidentes, que yo recuerde a Luis Taza Hernández. La actual presidenta es Eugenia Sánchez.
Te faltan cientos de nombres.
Un abrazo
Ramón Palmeral